jueves, 5 de marzo de 2009

Los elogios y la autoestima

Probablemente estamos de acuerdo que queremos que nuestros hijos se sientan bien consigo mismos y crean que pueden enfrentarse a los desafíos que encuentran en su entorno. Queremos que tengan una auto-estima saludable. Como conseguir este objetivo (una auto-estima saludable) es algo que últimamente ha despertado un debate entre los expertos en psicología infantil. Algunos expertos creen que hemos de proporcionar apoyo y elogiar constantemente el comportamiento de los niños para que desarrollen una auto-estima saludable. Otros creen que demasiados elogios les crean falsas ideas y les hacen más consentidos y egocéntricos. ¿Qué debemos hacer?

La importancia de sentirse capaz
Para sentirse capaces y bien consigo mismos, los niños tienen que tener experiencias donde tienen éxito. Desarrollar una auto-estima saludable no se hace sólo a través de elogios sino también de experiencias donde los pequeños se enfrentan a problemas o desafíos que son capaces de resolver.

Más que elogios
Sentirse respaldados, escuchados y queridos también va a ayudarles a desarrollar una auto-estima saludable. Si la gente de mi entorno me quiere y me lo demuestra es porque tengo cualidades positivas, por lo contrario, si me rechazan, no voy a sentirme bien conmigo mismo. Demostrar apoyo y amor no se hace solamente a través de elogios sino con afecto, respeto, escuchándoles, cuidando diariamente sus necesidades vitales, etc.

Los límites ayudan a desarrollar un auto-concepto saludable
Poner límites al comportamiento de los niños es otra manera de enseñarles a desarrollar un auto-concepto saludable. Los límites les demuestran qué es lo que pueden y no pueden hacer, cómo mantenerse seguro, cómo interaccionar con su entorno y les dan el mensaje de que los adultos nos preocupamos por ellos y queremos asegurarnos que están protegidos y guiados.

La importancia de que los elogios sean sinceros
Los elogios son positivos siempre y cuando sean genuinos. Elogiar por elogiar no nos va a llevar muy lejos pero si realmente observamos el comportamiento de nuestros pequeños veremos mil cosas sorprendentes. Observaremos su aprendizaje, sus logros, su habilidad de resolver problemas. Si les elogiamos durante estos momentos de manera auténtica (con verdaderos sentimientos), les demostramos que estamos aquí para apoyarles y que creemos en sus habilidades. Los elogios son más efectivos cuando se hacen de manera concreta. En vez de decir “buen trabajo” es mejor hacerle saber qué nos impresionó de su trabajo “me encantó ver lo mucho que trabajaste para terminar este rompecabezas.” Así los elogios se transforman también en guías de aprendizaje, en cosas que observamos que nos gustaría que nuestro pequeño(a) continuara haciendo.

Evitar presionar
Hemos de ir con cuidado de no transformar nuestros elogios en elementos de presión o estrés para nuestros pequeños. Por ejemplo “me gusta cuando copias los dibujos a la perfección, sin errores” o “que bueno que siempre tengas la calificación más alta en tu clase.” Aunque queramos alentar estos comportamientos, hemos de comprender que hacerlo todo a la perfección conlleva un nivel de estrés importante. No hemos de olvidarnos de alentarles por sus esfuerzos y los pequeños logros que van consiguiendo por el camino.

Demostrar amor y aceptación
No nos perdamos en los elogios como la única manera de conseguir que nuestros pequeños desarrollen una auto-estima saludable. Pensemos en todas las otras cosas que podemos hacer que les demuestran que les queremos, les apoyamos y que creemos que pueden enfrentarse a los desafías de este mundo (aunque no siempre tengan éxito) Los elogios auténticos o genuinos son simplemente una herramienta más para demostrarles a nuestros pequeños lo mucho que nos maravillan sus logros e intentos.



La Dra. Helena Duch es psicóloga infantil y familiar especializada en trabajar con familias que están planeando, esperando y criando a niños en la primera infancia. La Dra. Helena tiene un doctorado en psicología infantil y escolar de New York University y una maestría en Psicología del Desarrollo Infantil de Columbia University y es licenciada en Psicología Clínica por la Universidad Ramon Llull en Barcelona. Además la Dra. Helena está licenciada como psicóloga en el estado de Nueva York y en España, su país natal.

NOTA: Este artículo es para fines educativos solamente y no reemplaza una consulta médica o psicológica. No debes usar esta información para diagnosticar o tratar un problema de salud o de comportamiento sino consultar a algún médico o profesional de salud mental que te examine en persona y que esté autorizado para practicar su profesión en la localidad donde vives.

Fuente: Todobebe.com